dimarts, 21 de desembre del 2010

LISA (la cadena y el cable)

Buenos días a todos/as, allá va un escrito de hace tiempo que he recuperado de entre mis muchos escritos.Espero que gocéis de ello y comentéis lo que os parezca. Hasta la próxima


Esta historia nos refleja el historial humano que contiene cada uno de nosotros.
La historia empieza con la aparición de un ser mínimamente normal (sujeto a unas normas) que nace en un mundo lleno de cosas por descubrir, de novedades, de tecnologías y un sinfín de ilusiones. Este niño a medida que va creciendo se va adentrando en cada una de las fases que proporciona la vida, pero tal vez lo haga mal. Tiene una religión, unas costumbres, una familia, un nombre y un apellido. Algunas de estas cosas las elige él , o tal vez le vienen programadas, pero van a prevalecer para toda su vida. Este niño, a la edad de diez años, consultando la enciclopedia encuentra la palabra ética. Esta palabra se define así:
1.      Ética: f. parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre.
Después de esta definición, el chico a la edad de veinticinco años ve que su vida cae en picado porque nunca de pequeño le hablaron de moralidad o de obligaciones. De obligaciones al menos sí, porque cuando tuvo que elegir una serie de decisiones, ¿era él quién las elegía o no? ¿Debía ser su conciencia que le jugó malos tragos o es que estaba alienado?
Este hombre a la edad de cincuenta y cuatro años, ya a punto de jubilarse, se preguntó, ¿qué hago yo en este mundo? ¿Aporto alguna cosa buena? ¿Sólo soy yo o es toda la humanidad?
Enfurruñado y confuso, estuvo al borde de la muerte. Un día, se encontró con un ‘’ser perfecto’’ y éste al verle le empezó a decir: alienado, estás alienado. Además eres imperfecto, ambicioso, racista, violento, celoso y alienado. Los dos estuvieron a punto de pelearse, pero al ‘’ser perfecto’’ no le suponía ningún daño ya que él era perfecto.
A la edad de setenta y cinco años, el hombre se veía a él, enfermizo junto a un ‘’ser perfecto’’ al que no le ocurría nada. Seguía como si tuviera tres años, sin ninguna imperfección y  le preguntó cual era su secreto para seguir intacto . Él le contestó que de ninguna manera podía ser como él. Rápidamente, el ‘’ser perfecto’’ le respondió qué él era la nueva generación y que no le ocurría nada dado que era perfecto, cosa que los hombres anteriores como él no podían serlo.
A los ochenta y cinco años, el hombre murió y dio paso a la nueva generación. Instantes después, el ‘’ser perfecto’’ dijo:
-Despidámonos  de la alienación y continuó su camino.


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